El nuevo Samsung Galaxy S7 pasa por las manos de la gente de iFixit que lo clasifica como un dispositivo muy difícil de reparar


Es inevitable. Tras cada gran lanzamiento, los chicos de iFixit nos deleitan con eldespiezado tornillo a tornillo del dispositivo, y en este caso ha sido el turno del Galaxy S7 de Samsung. El resultado es un factor de reparabilidad de 3 sobre 10, es decir que es complicado de narices arreglar cualquier problema que afecte al hardware.



Pero esta anatomia forense tecnológica nos trae otras interesantes informaciones como ver de cerca el sistema de refrigeración líquida que resulta ser mucho menos revolucionaria (y menos líquida) de lo que anunciaba Samsung y se limita a un tubo de cobre de medio milímetro de grosor con sustancia refrigerante (agua o etilenglicol) en su interior que casi siempre está en estado gaseoso.


También sirve para confirmar que el sensor de la cámara es un Sony o ver el sistema de impermeabilización que le confieren protección frente al agua IP68, incluyendo el jack de audio similar al que usan los equipos deportivos. Con todo las conclusiones son:


  • Muchos elementos son modulares y se pueden reemplazar fácilmente, incluyendo la batería. Pero en este caso el pegamento que la une al respaldo dificulta la operación.
  • El cristal Gorilla Glass delantero y trasero duplican las posibilidad de fractura en el desmontaje. Vuelve a complicar las cosas el pegamento de la zona trasera que dificulta cualquier operación.
  • La pantalla debe ser desmontada completamente para acceder al puerto USB y resulta casi imposible quitar el cristal delantero sin romper la pantalla, así que la pantalla resulta ser un elemento realmente complicado de manejar.





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